viernes, 8 de junio de 2012

“El momento” de ir al psicólogo


Seguro más de uno nos hemos hecho alguna vez la pregunta, ¿debería visitar a un psicólogo?; No sin antes, tener una reacción de miedo e incertidumbre por tal interrogación, puesto que seguimos identificando esto erróneamente como un desequilibrio mental. Nada más lejos de eso, pues,  sólo se trata de consultar a un profesional para la resolución de un problema, ya que nosotros nos sentimos incapaces de afrontarlo.

En el post de hoy, vamos a arrojar un poco de luz sobre este tema, indicándoos cuando es el mejor momento para hacerle una visita a un profesional de la psicología.

En primer lugar, nadie puede tomar esa decisión por ti. Con esto queremos decir, que es la propia persona afectada la que tiene que dar el primer paso. Ni sugerencias ni consejos de terceros, por muy expertos en la materia que parezcan. Quién debe “dar el primer paso” en este caso, siempre es eres tú.

Ahora bien, ¿ cuándo puede saber la persona en cuestión, que necesita una consulta psicológica?

Antes de nada, la persona debe padecer sufrimiento en su día a día. Un sufrimiento tal, que le lleve a interrogarse constantemente, a establecer un diálogo interno consigo mismo, cargado de pensamientos negativos. Atentos, porque el siguiente listado de preguntas, puede disparar de inmediato, la necesidad de una visita al psicólogo así como el inicio de un tratamiento: 

 
* ¿Por qué siempre me pasa lo mismo?
* ¿Por qué siempre tropiezo con la misma piedra?
* ¿Por qué aún sabiendo cómo termina una vez más me sucede lo mismo?
* No puedo seguir así con esta angustia, ¿hasta cuándo voy a tolerar este sufrimiento?
* ¿Podrá un análisis ayudarme a que esto cese?
* ¿Tendré yo algo que ver en esto de lo que me quejo?

Pese a que son cuestiones que todos en alguna ocasión nos habremos hecho, lo que debe ponernos alerta es si éstas se repiten de forma constante, desencadenando una actitud que nos bloquea, que inunda nuestra vida de sensaciones desagradables, impidiéndonos gozar de sus aspectos positivos o placenteros.

Podemos enumerar, también, las sensaciones que caracterizan la actitud bloqueadora:

1.   Tristeza, apatía y falta de ilusión que llega a agobiarnos y nos lleva, incluso a pensar que nuestras vidas carecen de sentido.

2.   El negro tiñe frecuentemente nuestros pensamientos y nos vemos incapaces de encontrar algo positivo en nuestras vivencias cotidianas.

3.   Todo a nuestro alrededor lo percibimos amenazante y nos sentimos solos, incomprendidos o desatendidos.

4.   Pensamos que la desgracia se ha cebado en nosotros y comenzamos a asumir que todo nos sale mal y que las cosas no van a cambiar.

5.   Estamos atenazados por miedos que nos impiden salir a la calle, relacionarnos con otras personas, permanecer en un sitio cerrado, hablar en público, viajar, etc.. Es decir, cuando el temor o la inseguridad nos impiden desarrollar nuestras habilidades y disfrutar de personas, animales y cosas que nos rodean.

6.   La obsesión por padecer graves enfermedades o contagiarnos de ellas nos lleva a conductas extrañas y repetitivas, de las que no podemos prescindir sin que su ausencia nos genere ansiedad.

7.   Cualquier situación hace que perdamos el control y respondamos con agresividad o con un llanto inconsolable.

8.   Tenemos adicciones como juego, alcohol, tabaco u otras drogas, como vía de escape a estos sentimientos y pensamientos negativos.

9.   El estrés empieza a mostrarse a través de sus síntomas psicosomáticos: insomnio, problemas digestivos, cardiovasculares, sexuales...

10.           La ansiedad es una constante diaria, que impide la estabilidad y serenidad necesarias para mantener un pensamiento positivo, una conducta tranquila y el goce de los pequeños placeres cotidianos.

11.          Los silencios, los desplantes o los gritos sustituyen al diálogo, y los problemas de comunicación enturbian nuestra relación con los demás.

12.           Las dificultades sexuales afloran y vivimos la angustia que causan la impotencia, la falta de deseo o de sensaciones eróticas y, sobre todo, la imposibilidad de gozo y comunicación con nuestra pareja.


Como podéis comprobar, esta actitud desencadena sensaciones que de una forma directa nos conducen a comportamientos que enturbian nuestra vida. Algunas conductas son tan complejas, que no hay que avergonzarse si somos incapaces de contenerlas. No somos “superhéroes”. Es cierto que tendemos a creer que somos autosuficientes, le restamos importancia, con el autoconvencimiento de que superaremos por nosotros mismos esta situación, que “tan sólo es una mala racha”. Puede que lo sea, en muchos casos, sólo bastará con dejar pasar el tiempo. Pero cuando el tiempo pasa y los sentimientos, pensamientos o conductas de índole negativa no cesan, es inútil “hacernos los fuertes”, necesitamos ayuda. 


La actitud responsable es precisamente esa, actuar, poner remedio. Porque pedir es tan necesario como dar. No seremos ni peores personas ni menos dueñas de nuestras vidas. La autonomía no debe confundirse con eso. Porque, en estos casos, no somos realmente autónomos, sino que nos dejamos conducir por una corriente de negatividad que nos lleva a una forma de vivir infelizmente. O mejor dicho, a una manera de no vivir, porque ésta es sinónimo de desequilibrio e insatisfacción, un estado en el que nadie se siente cómodo para seguir viviendo.

La visita a un psicólogo es la visita a un experto en salud mental que actúa como asesor para ayudarnos a que, por nosotros mismos, recuperemos el equilibrio en nuestras vidas, el experto en salud que nos acompañará en la recuperación de la seguridad y estabilidad,
No confundamos la autonomía a la hora de gestionar nuestras vidas con la negativa a solicitar la ayuda de otras personas para conducir esas acciones a buen puerto. Un psicólogo puede propiciar un mejor discernimiento en la búsqueda de soluciones y potenciará nuestra autoestima, pues la baja autoestima se esconde, habitualmente, en nuestra incapacidad de afrontar las dificultades y obstáculos que se cruzan en nuestro camino.

Si finalmente decides realizar una consulta, en Clinica Barrachina te ofreceremos una ayuda clínica profesional, con un acompañamiento, serio y confidencial, hasta la completa resolución de tu problema. De paso, instamos a recordad que ir al psicólogo para intentar solucionar un problema, no significa que ya siempre debas acudir a su consulta, ni que estés "loco/a". Éstos son dos tabúes muy implantados que carecen completamente de fundamento.

¡Sed felices y buen fin de semana!

miércoles, 6 de junio de 2012

Las mujeres y el tabaco, una relación más sólida cada día




Un estudio elaborado por la Unidad de Tabaquismo de la Universidad de Santiago de Compostela revela que el consumo de tabaco entre las mujeres españolas se incrementa día tras día.

Dicho estudio analiza la evolución del tabaquismo en España, afirmando que la evolución en el consumo femenino de tabaco es muy diferente al masculino. Antes de la Segunda Guerra Mundial, la mujer apenas fumaba en los países desarrollados, siendo el hombre el consumidor predominante del tabaco. Sin embargo, los cambios sociales que trajeron los años 50 y 60, respectivamente, modificaron esta tendencia. La mujer se incorporó al mundo laboral, marcando el inicio de los movimientos de emancipación e igualdad de género, lo que propició la introducción del tabaco en la vida de muchas mujeres de nuestro país.

Aquí empieza una relación, que continúa siendo muy sólida, pese a que provoca la muerte de medio millón de mujeres cada año y a que es la causa evitable de muerte prematura más importante en los países desarrollados

Otro dato muy preocupante es el relativo a la edad cada vez más prematura de las fumadoras. En nuestro país, las más jóvenes son las que lideran el consumo de tabaco, consumo que es equiparable o incluso superior al de los varones. 
De hecho, el 15,5% de las adolescentes españolas ya fuman habitualmente a los 15 años de edad frente al 11% de los varones. 

Hoy en nuestro blog, vamos a analizar las razones que llevan a las mujeres a continuar fumando así como los aspectos que más dificultan la deshabituación tabaquica entre las fumadoras.

Motivadas, pese a conocer los riesgos

La mayoría de las fumadoras conocen los efectos nocivos del tabaco, incluso se consideran a sí mismas adictas o sienten aversión al tabaco. Sin embargo, diversos estudios han comprobado los efectos físicos, psicológicos y sociales que provocan los cigarrillos y que son precisamente, los que nos motivan a seguir fumando.

Ahora bien, ¿Qué es lo que realmente produce la adicción al tabaco? La nicotina. La respuesta, a todos nos suena. Y es que es esta sustancia la que libera “sensaciones” que el fumador considera como “beneficiosas.” De este modo, se cree que el tabaco ayuda a mantener la atención, controlar el peso o el apetito, o reducir la ansiedad. También, el tabaco surge como un “acompañante perfecto” en las reuniones sociales, intensificando los sentimientos de bienestar o relajación que estos momentos nos proporcionan. 
En estas creencias, encontramos algunos de los motivos que llevan a las mujeres a continuar fumando, a pesar de todo. Así, las mujeres fuman como fuente de placer y confort, como medio que les facilite la interacción con otros o para reafirmar su autonomía y la seguridad en si mismas. Dentro de todas las razones posibles, son especialmente relevantes, el control del estado anímico y el del peso. De hecho, existen evidencias científicas que demuestran que muchas mujeres no intentan dejar de fumar por miedo a ganar peso. Este último punto es especialmente visible entre las adolescentes, quienes realmente creen que mantener su consumo regular de tabaco, les ayudará a controlar o a perder peso.

¿Por qué nos cuesta tanto dejar de fumar?

Se han identificado tres factores que pueden obstaculizar la deshabituación tabáquica en las mujeres:

1) Afrontar el afecto negativo. Las mujeres afrontan de una forma más pasiva los problemas de cualquier tipo ( laborales, familiares…), siendo la conducta de fumar lo que alivia su estado emocional, puesto que mejora su estado sin modificar directamente la situación que provoca el estrés o malestar. Es por ello, que  cuando se está intentando dejar de fumar, este estado provoca muchas más recaídas entre las fumadoras que entre los fumadores.

2) Obtener apoyo social. Las mujeres lo usan más que los hombres para afrontar el estrés y la ansiedad. En el caso de una mujer que intenta dejar el hábito de fumar, difícilmente lo hará sino se siente apoyada por su entorno más cercano.


3) Controlar el peso corporal. Engordar es sin duda, el aspecto que más nos preocupa a las mujeres cuando decidimos dejar de fumar. También es el factor clave que puede llevarnos a abandonar nuestro objetivo. 



Desde Clinica Barrachina, sabemos que a pesar de los obstáculos, es posible dejar de fumar de una forma saludable y efectiva. Está claro que la voluntad de cada uno y los factores psicológicos y sociales influyen sobremanera en la modificación de nuestros hábitos, pero precisamente por ello, la ayuda profesional y seria es la mejor opción para cumplir con nuestro objetivo. Sentirse bien por dentro y por fuera, siempre merece la pena. ¿No os parece?

¡Feliz día!

jueves, 31 de mayo de 2012

¿Has sentido alguna vez el síndrome del domingo?


No sabemos que tienen los domingos pero lo cierto es que para muchas personas, el último día de la semana les genera sentimientos negativos muy diversos. Pueden ir desde la tristeza o la melancolía hasta la apatía o incluso la ansiedad.

A este conjunto de estados de ánimo, algunos psicólogos lo han bautizado como el Síndrome del Domingo. Hoy en nuestro blog, vamos a contaros por qué se produce y cuál es la mejor forma de evitarlo.

El Síndrome del Domingo es más habitual que se produzca en otoño e invierno, ya que son las épocas del año más frías y en las que los días son más cortos. Dichas circunstancias invitan a quedarse en casa y este hecho desemboca en muchos casos en estados de ánimo melancólicos o tristes.

Ahora bien, ¿cuáles son los motivos que nos conducen a dichos estados de ánimo?

Muchas veces generamos muchas expectativas ante el fin de semana que se aproxima, bien sea porque estamos sobrecargados de trabajo o simplemente porque tenemos una semana complicada. Si las expectativas creadas no se cumplen, podemos acabar el domingo con una sensación de vacío y un sentimiento de culpabilidad, en el sentido de no haber aprovechado lo suficiente el fin de semana. 



Por otro lado, la libertad para hacer lo que queramos durante el domingo, sin horarios ni obligaciones, se puede convertir en un arma de doble filo. Esto es, al tener todo el poder para administrar nuestro tiempo, ello puede ocasionar que no sepamos muy bien que hacer con él y como consecuencia de ello, acabemos por no hacer nada. Ese “no hacer nada” suscita en muchas personas, tedio y apatía.

El Síndrome del Domingo viene dado, también, por la situación laboral a la que nos enfrentemos. Si sufrimos de mucho estrés en el trabajo, nos preocupamos en exceso o estamos pasando por un bache profesional, tendemos a caer en el efecto de anticipación, es decir, pensamos en todo el trabajo que tendremos que hacer el lunes, los problemas a los que nos tendremos que enfrentar…; en definitiva, acabamos pasando la tarde de nuestro día libre, pensando en el trabajo de mañana  y no disfrutando el hoy, el presente.

Como último motivo que puede desencadenar este tipo de síndrome, podemos citar, el tiempo que el domingo nos deja para pensar en nosotros mismos y en nuestras vidas. Digamos, que el domingo nos sitúa ante el espejo donde se reflejan nuestros temores y cuestionamientos que, durante la semana no emergen por las obligaciones, la rutina  y la falta de tiempo. Esto supone que, de no estar contentos con lo que “ese espejo nos muestra”, aparezcan pensamientos y sentimientos que nos entristecen. En el caso específico de las personas que están solas, éstas experimentan en este día, un total sentimiento de soledad.


La actitud positiva es lo mejor para ahuyentar a este Síndrome

Casi todo en la vida es una cuestión de actitud. Evitar caer en el Síndrome del Domingo no es una excepción y va a depender de forma decisiva, en cómo afrontemos este día

Porque aunque el domingo es de hecho, el día de descanso por excelencia, eso no significa que deba convertirse en un tedio. Démosle la vuelta a nuestros pensamientos negativos y transformémoslos en positivos. Por ejemplo, a la recurrente frase “A la mañana siguiente tengo que trabajar. ¡Menuda semana me espera”; podemos responder con el siguiente pensamiento: “Sí la semana va a ser dura, mejor aprovechar este bonito día para practicar mi hobbie favorito o disfrutar de mi familia.”

¿A qué es buena respuesta? Pues, os aseguramos que respuestas como éstas pueden ayudarnos a alejarnos de sentimientos de tristeza o ansiedad. Si lo pensáis bien, un simple cambio en nuestras actitudes marca la diferencia entre tener un maravilloso día por delante para disfrutar, descansar y sentirnos bien con nosotros mismos, y un día aburrido y marcado por la tristeza, la melancolía y los malos rollos. 

Pasear, leer un libro, jugar con nuestros hijos, practicar nuestro deporte favorito, ir al cine...; actividades como éstas, pueden ayudarnos a pasar un feliz domingo. Para muchas personas el sábado es un día alegre, divertido y luminoso, mientras confiesan que el domingo es un día que no les gusta porque lo ven como inútil y apático. En realidad, si lo analizamos, no tiene ningún sentido, ya que la mayoría de las actividades que realizamos los sábados, las podemos hacer también los domingos. 

A veces debemos obligarnos a nosotros mismos a salir a la calle, ir al cine, quedar con los amigos, etc., aunque en el momento no nos apetezca, se trata de vencer esa pereza inicial que nos crea la tarde del domingo, olvidar que mañana tenemos que volver al trabajo y disfrutar del momento como en el resto del fin de semana.

Y por último, desde Clínica Barrachina, también os invitamos a que reflexionéis sobre el bienestar físico y mental que muchas veces provoca el “no hacer nada”. Porque  también es bueno practicarlo de vez en cuando. Dejar la mente en blanco, dialogar con nosotros mismos y simplemente, disfrutar de la tranquilidad de un día contemplativo, es también un buen plan para desconectar del ajetreo y actividad frenética que nos exige nuestro día a día.

Como siempre os recordamos que el equilibrio entre cuerpo y mente es imprescindible para vivir una vida apacible. Si estamos en paz con nosotros mismos, ningún síndrome, semanal o de cualquier otro tipo, podrá lograr que dejemos de ver el lado positivo de nosotros y nuestras vidas. ¡Buen día y sed felices!


jueves, 24 de mayo de 2012

Cómo no hacer que el sol se convierta en tu peor enemigo



Ahora que se acercan las tan ansiadas vacaciones y la época estival, no está de más, recordar las precauciones que debemos tomar para no poner en riesgo nuestra piel.

Por todos es sabido, que el sol proporciona efectos muy beneficiosos en nuestra piel cuando nos exponemos a él, de una forma moderada y sobre todo, protegida.

Pero, ¿cuál es la razón de que se produzcan daños en la piel?

Cuando la exposición al sol es excesiva e inadecuada, la piel acelera su oxidación y para defenderse, recurre a sus propias defensas como medio que tiene para poder luchar contra las agresiones externas, en este caso, las solares.
Sin embargo, estas defensas no son eternas y pueden agotarse. Esta capacidad se mide como el número de horas que un individuo puede exponer su piel al sol durante
toda su vida. Cuando se llega al máximo de horas consumidas es cuando comienzan a aparecer los problemas cutáneos y los signos visibles del fotoenvejecimiento

Esta capacidad, conocida como capital solar, está predeterminada genéticamente y no es modificable. El proceso de fotoenvejecimiento de la piel, es el siguiente: Los radicales libres intoxican el metabolismo celular y la fisiología normal de la piel se ralentiza. Aún así, la piel lucha contra los radicales libres produciendo los antioxidantes naturales que capturan los radicales libres y los neutralizan, evitando su efecto dañino. Pero cuando la agresión solar cutánea es intensa y repetida, la capacidad reparadora de la piel se ve superada. Esto indica que el capital solar se ha consumido y lo que comienza a hacer la piel es almacenar los daños solares en vez de neutralizar sus efectos.

Es como si la piel tuviese memoria y recordase todas las exposiciones solares, almacenándolas pero no eliminándolas, lo que es nocivo para ella.

¿Y  qué ocurre entonces?

El ácido hialurónico pierde su función y actividad y esto se refleja en la piel, ya que esta sustancia es la responsable de retener el agua y proporcionarle grosor, textura y su apariencia saludable y joven.

La prevención no es una opción

Prevenir estos efectos es posible, protegiendo de forma correcta y suficiente nuestra piel. Para ello, debemos aplicarnos siempre buenos protectores solares antes de la exposición solar, repitiendo la aplicación cada 2 horas si vamos a estar al sol durante un tiempo prolongado.

También es muy recomendable el uso de sombreros, viseras, sombrillas y unas buenas gafas de sol, homologadas, para evitar acentuar las patas de gallo que surgen alrededor de los ojos. Por otro lado, también puedes tomar protectores del sol orales, disponibles en las farmacias, pues son igual de eficaces para ayudar a combatir los efectos nocivos del sol en tu piel. 

Si a pesar de ello, aparecen signos visibles de daños en tu piel o ya los padeces, existen tratamientos médico-estéticos específicos, a través de los cuales se pueden paliar los efectos del fotoenvejecimiento y aumentar, así, el tono, tersura y brillo de la piel. Estos tratamientos consiguen el efecto de una piel más joven.

Existen, además, técnicas médico-estéticas que se aplican pasado el verano y cuyo objetivo es recuperar el aspecto saludable de la piel. Entre ellas, destacamos el Láser Q-Switched, los Peelings faciales o corporales y los Factores de Crecimiento Plaquetario.  Todas ellas, ayudan a eliminar los signos del fotoenvejecimiento y a mejorar el aspecto general de la piel.

Así que ya sabéis, disfrutad del sol pero siempre con moderación y mucha protección. Todas y todos queremos estar morenos en verano pero un exceso de exposición solar puede pasar factura a nuestra piel. Y como os hemos comentado en este post, ella tiene memoria y no olvida los excesos. Cuidarla, entonces, para que sólo tenga buenos recuerdos.

¡Buen día de sol!

miércoles, 23 de mayo de 2012

Recupera tu piel con los factores de crecimiento plaquetario


En los últimos años se vienen comprobando resultados visibles y eficaces de la terapia basada en los factores de crecimiento plaquetario del plasma rico en plaquetas.
Seguro que estás pensando, “Uy, que nombre más raro”. No te preocupes, después de leer este articulo, seguro que te parecerá un viejo conocido. ¡Vamos allá!

Lo primero de todo, ¿qué son los factores de crecimiento?

Los factores de crecimiento son una de las sustancias que forman parte del sistema de comunicación intercelular, sistema al que también pertenecen otras sustancias como
las citoquinas y las interleuquinas.

Esta comunicación entre las celúlas es necesaria que exista, para que éstas se reconozcan entre sí y se mantengan unidas. De no ser así, no se establecerían señales entre ellas y nuestro organismo lo tendría complicado, por ejemplo, para la formación de los tejidos. 



Regresando a los factores de crecimiento, podemos decir, que participan en la formación de hueso y cartílago, así como en la reparación de fracturas óseas, tendones y ligamentos. Es por ello, que la medicina deportiva y preventiva, aunque también la medicina estética y reparadora, se han interesado en ellos, como sustancias para uso terapéutico.

Existen 6 tipos de factores de crecimiento con una función y actuación diferentes. Concretamente los que se emplean en tratamientos de medicina estética y reparadora, tienen efectos muy positivos en la piel, ya que regeneran mejor y mucho más rápidamente los tejidos conjuntivos dañados.

De este modo, la aplicación tópica (externa sobre la piel) o por inyección subcutánea ofrece resultados muy favorables en las pieles envejecidas. Algunos de los que podemos destacar son:

- Restaura la capacidad de la propia piel de reparar los tejidos.

- Aumenta el grosor y la elasticidad de la piel.

- Mejora la microvascularización.

- Estimula las secreciones de la piel y ayuda a mantener la estructura cutánea con mayor integridad y juventud.


Un método fácil y seguro para obtener los factores de crecimiento a partir del plasma rico en plaquetas

La obtención no produce intolerancia ni rechazo, ya que los factores de crecimiento se extraen de la sangre del propio paciente.

El procedimiento es sencillo. Primero se extrae la sangre y después se introduce un tubo de citrato de socio, donde se la centrifuga para que no coagule y a su vez, para separar el plasma del resto de la sangre.

Tras esto, hay que activar el plasma rico en plaquetas, ahora sí para que se produzca la coagulación, para poder inyecta al paciente los factores de crecimiento interplaquetarios contenidos en el mismo. 



Te lo aseguramos, no existe ningún peligro en la aplicación de esta terapia, si bien lo único que puede ser que aparezca es algún pequeño hematoma en las zonas en las que se haya inyectado los factores al paciente o durante la extracción de sangre.


La piel se rejuvenece por ella misma


Con la edad, especialmente a partir de los 30 años, la piel comienza a perder parte de su capacidad reparadora y es entonces, cuando los signos del envejecimiento hacen su tan odioso acto de presencia.

A los 20 años, la piel es capaz de combatir mejor los factores asociados a los daños en la piel, como son el fotoenvejecimiento (daño solar), el estrés o el tabaquismo. Esto es así, porque unas sustancias de la piel llamadas fibroblastos mantienen su firmeza y la producción de colágeno.
Con el paso del tiempo, sin embargo, los fibroblastos bajan su producción de fibras elásticas y colágenas, hecho que afecta a la cantidad de ácido hialurónico, que es el
elemento que retiene el agua en la piel y la mantiene joven.
 
Con el tratamiento basado en los factores de crecimiento plaquetario, ahora es posible  frenar ese descenso. Y es aquí donde llegan las buenas noticias para nuestra piel. Porque recuperará la capacidad de regeneración que tenía a los 20 años, devolviéndole el grosor, textura y lozanía de la piel joven.

La fábrica de la juventud ya tiene su elixir y todos podemos beneficiarnos de él, para estar mucho más guapos y satisfechos con el aspecto y salud de nuestra piel.