El verano ha llegado de nuevo a nuestras vidas. Esa época que
tanto nos gusta, donde los días son más largos, tenemos más tiempo libre
gracias a las vacaciones y donde podemos disfrutar más del aire libre. Todo
esto es fantástico y nos encanta. Pero también sabemos que el verano tiene una
doble cara que puede pasarnos factura sino tomamos las precauciones adecuadas.
Nos referimos a las altas temperaturas y a los efectos que éstas producen en
nuestro organismo, muy peligrosos si los obviamos o les restamos importancia.
En nuestro post de hoy, conoceremos el por qué nos afectan
tanto las altas temperaturas y las claves más importantes para sobrellevarlas
de una forma saludable y segura.
En primer lugar, los seres humanos contamos con la capacidad de autorregular nuestra propia temperatura, lo que se conoce
como el fenómeno de la Termorregulación.
Aunque la temperatura puede variar en función de la edad, sexo, actividad, hora
del día, tipo de alimentos que se consumen etc; lo cierto es que comúnmente la
temperatura de un sujeto saludable suele mantenerse entre los 36,5 y los
37,5°C. Esto es así, porque es en estas temperaturas como las enzimas del
cuerpo y otras funciones del organismo como las cerebrales, pueden funcionar de
forma correcta.
No obstante, esta temperatura puede disminuir o elevarse
debido a los factores externos, especialmente, los que tienen que ver con los
fenómenos atmosféricos. En épocas calurosas como la época estival en la que se
llegan a alcanzar hasta 40°C, el cuerpo experimenta una ganancia de
temperatura, lo que provoca que tengamos una sensación térmica de calor. La
primera reacción de nuestro cuerpo para disiparla, es la sudoración.
¿Quién regula
la temperatura dentro de nuestro organismo?
Esta función le corresponde al hipotálamo. Éste es quien mantiene nuestro cuerpo en la
temperatura adecuada, esto es, la saludable, situada, como hemos dicho
anteriormente, entre los 36 y los 37 °C. ¿Cómo lo consigue? Compensa la subida
de la temperatura corporal con el aumento de la pérdida de calor, a través,
principalmente, de la sudoración y de la vasodilatación periférica ( cuando se
aumenta el flujo sanguíneo periférico).
Cuando el hipotálamo es incapaz de cumplir con su función
reguladora de la temperatura, lo que ocurre en situaciones de calor extremo y
exposición muy prolongada a altas temperaturas, éste pierde el control y
nosotros lo notamos, en forma de dolor
de cabeza, confusión, pérdida de la conciencia, aumento de la frecuencia
cardíaca, disminución de la presión arterial (porque todas las arterias se
dilatan tratando de eliminar calor), y en los casos más graves, cuando la
temperatura aumenta a 42-43ºC, se produce daño cerebral. Es lo que se conoce como golpe de calor.
El golpe de calor
es más grave si el sujeto está deshidratado, porque entonces su capacidad de eliminar
calor sudando es menor. De ahí, la importancia de mantener una hidratación aún mayor en días muy
calurosos.
Algunos
consejos para sobrellevar las altas temperaturas
1. Aumentar
nuestro consumo habitual de agua. Tener en cuenta que en estos días, la sudoración es mayor por lo que
debemos recuperar esa pérdida de líquidos para evitar la deshidratación. No hay
que esperar a tener sed. Simplemente, hacerlo y con frecuencia.
2. Evitar el
ejercicio físico o la exposición solar en las horas centrales del día. Es mucho mejor y saludable, dejar este tipo de actividades
para las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde.
3. Mantener
las ventanas y persianas cerradas durante las horas de más calor durante el
día. Es mejor ventilar la casa por la noche.
4.
Basar la alimentación en platos ligeros
como ensaladas, sopas frías y mucha fruta. Son alimentos que tienen
menos calorías y al mismo tiempo, nos hidratan por su alto contenido en agua.
5. Usar ropa ligera, si es posible de algodón,
y suelta. La ropa excesivamente apretada no se lleva bien con el verano y
recuerda, que tampoco con tu figura, ya que favorece la aparición de celulitis.
6.
Y como último consejo, recuerda proteger muy bien tu cabeza con sombreros o
gorras, ya que es una de las partes que más sufre el calor. Tampoco te olvides
de utilizar un protector
adecuado a tu tipo de piel para evitar quemaduras solares y el envejecimiento prematuro. Si tienes la piel muy blanca, es conveniente que tu
protector sea de factor 50, por lo menos.
Desde
Clinica Barrachina esperamos que este
post os haya ayudado a conocer mejor los efectos de las altas temperaturas y
sobre todo, que nuestros consejos os sirvan para evitar sus peligros. Os
dejamos con un vídeo, que ya tiene algunos años, pero en el que se nos aconseja
aprovechar la vida al máximo y que nos encanta compartir con vosotros. Lo más
curioso de todo es que nos aconseja utilizar protector solar...
¡Feliz
estreno de verano!
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