viernes, 29 de junio de 2012

Los trastornos alimentarios, conocerlos para prevenirlos

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A estas alturas a nadie le son indiferentes los trastornos alimentarios. Todos sabemos cuáles son pero no está de más recordarlos y especialmente, conocer muy bien las señales que pueden ponernos alerta ante un caso de este tipo. 

En nuestro post de hoy hablaremos de esta seria enfermedad psicológica y de conducta que afecta cada día a más y más personas, y lo que es más preocupante aún, cada vez a edades más tempranas 
( por ejemplo, existe un porcentaje alto de niñas que padecen anorexia, mucho antes de llegar a la pubertad).

La principal característica de los pacientes de trastornos alimentarios es el desorden en sus pautas de alimentación. El trasfondo de este comportamiento anómalo viene propiciado de una manera directa por la insatisfacción ante su imagen corporal. La persona que padece un trastorno alimenticio, sea del tipo que sea, no acepta su cuerpo y esta negación de su aspecto físico, le lleva a una distorsión de la realidad.

Esta distorsión se manifiesta bien, en pensamientos erróneos relacionados con su peso, por ejemplo, pensar que la gente no lo va a aceptar si está gordo o a comparar constantemente su cuerpo con el de otros, o bien, con la asunción de creencias muy estrictas acerca de la salud en la alimentación (el azúcar o la grasa son malos, perder peso rápidamente no tiene riesgos serios para la salud, sólo comer ciertos alimentos es beneficioso…)

¿Quiénes tienen más propensión a padecer un trastorno de tipo alimentario?

Nos gustaría poder ser más precisos, pero la realidad es que puede afectar a cualquier persona, con independencia de su status social o de su nivel cultural. En cuanto al sexo si es posible concretizar, ya que en un 90% de los casos, son las mujeres las que acuden a las consultas. No obstante, en los últimos años, también los hombres han comenzado a ser víctimas de estos trastornos.
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En cuanto a la edad, podemos afirmar que no existe una edad concreta para poder desarrollar este tipo de problemas de salud, si bien es en la pre-adolescencia u adolescencia donde surgen con más frecuencia. Pero, dada la presión social en torno al culto al cuerpo y las promesas falsas de perfección en forma de mensajes publicitarios, nos encontramos con un alto porcentaje de adultos que padecen algún tipo de trastorno alimenticio ( anorexia, bulimia, ortorexia, vigorexia…)  

¿Qué desencadena un trastorno alimenticio?
Las causas pueden ser desde tener una predisposición genética a padecer estos trastornos por causa de la propia personalidad del paciente ( baja autoestima, miedo a madurar, problemas para relacionarse con los demás, perfeccionismo obsesivo etc…) o por otro lado, debido a una situación familiar poco favorable, en la que exista poca comunicación y tensión entre sus miembros, o bien todo lo contrario, donde exista un clima bueno pero excesivamente protector, en el que se presione a los hijos para alcanzar altas metas, en ocasiones, también relacionadas con el propio aspecto físico.

Al margen de los condicionantes personales o familiares, atravesar por situaciones traumáticas como abusos físicos o psicológicos, pérdida de un ser querido; o las dificultades en afrontar los problemas que pueden surgir en el día a día, también pueden conducir a algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria.


¿Cómo reconocer la aparición de un trastorno alimenticio? 



No es fácil detectarlo, ya que habitualmente, pasa bastante desapercibido y desde fuera, sólo es percibido una vez la patología ya se encuentra en un estado muy avanzado. A pesar de ello, hay ciertos cambios en la actitud y el comportamiento que pueden ser muy útiles para detectar si nos encontramos ante un caso de trastorno de la conducta alimenticia. Pongámonos alerta, cuando una persona comience a:

- Sentirse culpable por haber comido o a la inversa, privarse de ingerir alimentos.

- Comer a solas y poner excusas cuando le proponen comer en público.

- Preocuparse en exceso por su aspecto físico y llevarlo al extremo, con comportamientos y creencias que llevan a que todo gire en torno al cuidado del cuerpo. Descuida otros aspectos de su vida ( amigos, pareja, familia, trabajo…)

- Reducir la cantidad de comida que ingiere, eliminando nutrientes de su dieta como por ejemplo, grasas o azúcares.

- Practicar ejercicio físico de forma obsesiva y compulsiva, sintiendo ansiedad o nerviosismo sino puede hacerlo (llega a pensar que va engordar por no llevarlo a cabo).

- No puede evitar comer a todas horas o se pega atracones de comida y después se induce vómitos por la culpabilidad.

- Estado de ánimo irritable, nervioso, con cambios constantes de humor y con tendencia a la depresión.

- Sigue dietas hipocalóricas muy estrictas, se salta comidas o directamente, ayuna.

 - Consume productos light o ricos en fibra

 - Aislamiento social y dificultad de concentración en tareas cotidianas

- Abusa de diuréticos o laxantes

 

Esperemos que hayáis tomado buena nota de estos síntomas inequívocos del origen de un trastorno alimenticio, pues es determinante para la prevención de este tipo de enfermedades. En el caso de que el trastorno alimenticio ya esté fuertemente instalado, no lo dudes, es imprescindible acudir a un especialista para iniciar el tratamiento cuanto antes.

En Clínica Barrachina disponemos de un servicio de atención y acompañamiento con psicólogos clínicos especializados en este tipo de tratamientos y una amplia experiencia en dar solución a estas patologías que tanto riesgo suponen para la vida de los que la padecen.

¡Buen fin de semana!

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